GRADUACIÓN 2º BACHILLERATO
PROMOCIÓN 2010-2016
Un año más hemos despedido a nuestro grupo de alumnos de 2º de Bachillerato, un grupo pequeño, pero diverso, y rico en esa diversidad. Entre nervios y emociones, amigos, familiares, profesores y alguna abuela fantástica, disfrutamos de la voz y la delicadeza de algunas alumnas, de la guitarra y del buen baile de otras.
Nos acompañó como siempre una representante del AMPA, en esta ocasión Mari Paz, que animó a los alumnos a seguir creciendo; la voz emocionada y sentida de Elena nos declamó un poema de Gabriel Celaya, “Educar”; Silvia, como alumna, recordó algunas de las anécdotas vividas en estos años, y tuvo también una palabra cariñosa para cada uno de sus profesores y profesoras, que nos robó a todos una sonrisa.
Tras la entrega, muy aplaudida por cierto, de Diplomas, y regalos, fuimos todos a los jardines del Tovar, a degustar un refresco y un ágape preparado con mucho cariño por el AMPA, siempre presente en estos eventos.
Agradecemos a todos la colaboración prestada. Y a los alumnos, les recordamos unas palabras de Don Miguel de Cervantes que citó nuestra directora, Cristina Cimas:
“el hombre bien preparado para la lucha, ya ha conseguido medio triunfo”
Las cocinas escolares son lugares bulliciosos donde se libra una batalla diaria: la batalla por la higiene y la seguridad alimentaria. Imagínese: cientos de pequeños comensales hambrientos, restos de comida, prisas... En este escenario, la elección de los materiales adecuados para el mobiliario es crucial. Y es aquí donde la mesa de acero inoxidable se convierte en los héroes invencibles de la cocina. ¿Por qué? ¡Sigue leyendo para descubrirlo!
Las cocinas escolares son entornos propensos a la proliferación de bacterias. Piensa en ello: múltiples manos tocando superficies, derrames de comida, migas... Si no se realiza una limpieza adecuada, estos pequeños enemigos invisibles pueden convertirse en un riesgo para la salud de los niños.
Aquí es donde el acero inoxidable entra en juego. A diferencia de otros materiales, su superficie lisa y no porosa dificulta la adhesión y el crecimiento de bacterias. Además, su capa pasiva de óxido de cromo repele la suciedad y facilita la limpieza. ¡Adiós a los rincones escondidos donde las bacterias puedan esconderse!
Un estudio realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) reveló que más del 20% de las mesas analizadas en cocinas profesionales presentaban niveles inaceptables de contaminación. ¡Un dato preocupante! Invertir en mesas de acero inoxidable es una inversión en la salud de los niños.
Ya lo sabes, el tiempo en una cocina escolar es oro. Entre preparar la comida, servir y limpiar, cada minuto cuenta. Las mesas de acero inoxidable son aliadas del personal de cocina, ya que se limpian de manera rápida y eficaz.
Su superficie lisa permite limpiar derrames y suciedad con un simple paño húmedo y un desinfectante adecuado. No hay recovecos donde la comida se pueda quedar atascada, lo que reduce el tiempo de limpieza y garantiza una higiene óptima.
Imagina la diferencia: limpiar una mesa de madera porosa que absorbe líquidos frente a una mesa de acero inoxidable que repele la suciedad. ¡Las mesas de acero inoxidable te devuelven tiempo valioso!
Las cocinas escolares deben cumplir con normativas higiénico-sanitarias específicas establecidas por las autoridades sanitarias. Estas normativas dictan requisitos estrictos en cuanto a materiales, limpieza y desinfección.
El acero inoxidable es un material ampliamente reconocido por las autoridades sanitarias por su capacidad para cumplir con estas normativas. Su facilidad de limpieza, resistencia a la corrosión y propiedades antibacterianas lo convierten en la opción ideal para las cocinas escolares.
Invertir en mesas de acero inoxidable te garantiza la tranquilidad de saber que tu cocina cumple con la normativa vigente. ¡Evita sorpresas desagradables durante las inspecciones sanitarias!
Las mesas de acero inoxidable no solo son campeonas de la higiene, sino que también ofrecen otras ventajas que las convierten en la opción ganadora para las cocinas escolares:
Durabilidad: El acero inoxidable es un material altamente resistente a la corrosión, los golpes y las rayaduras. Esto significa que tus mesas durarán años, soportando el uso diario de una cocina escolar sin problemas.
Resistencia al calor: No te preocupes por las ollas calientes. El acero inoxidable resiste las altas temperaturas sin deformarse ni quemarse.
Seguridad: A diferencia de otros materiales, el acero inoxidable no es un material combustible. Esto contribuye a la seguridad general de la cocina.
Fácil mantenimiento: Las mesas de acero inoxidable requieren un mantenimiento mínimo. Un simple limpiado regular es suficiente para mantenerlas en perfectas condiciones.
Estética: Las mesas de acero inoxidable tienen un aspecto limpio, moderno y profesional. Contribuyen a crear un ambiente higiénico y agradable en la cocina.
Las mesas de acero inoxidable son la elección perfecta para las cocinas escolares. Ofrecen una combinación imbatible de higiene, durabilidad, facilidad de limpieza y cumplimiento normativo.
Al invertir en mesas acero inoxidable, estás garantizando la salud de los niños, ahorrando tiempo y recursos al personal de cocina, y cumpliendo con las normativas vigentes.
¿Todavía te lo estás pensando? No lo dudes, las mesas de acero inoxidable son la mejor inversión para tu cocina escolar.
¡No te arrepentirás!
Recuerda:
Elige mesas de acero inoxidable de alta calidad: Asegúrate de que las mesas estén fabricadas con acero inoxidable de grado alimenticio y que cumplan con las normas sanitarias vigentes.
Invierte en un mantenimiento adecuado: Aunque las mesas de acero inoxidable son fáciles de limpiar, es importante realizar un mantenimiento regular para garantizar su durabilidad y buen funcionamiento.
Consulta con expertos: Si tienes dudas sobre la elección de las mesas de acero inoxidable adecuadas para tu cocina escolar, no dudes en consultar con expertos en mobiliario para cocinas profesionales.
Al seguir estos consejos, podrás disfrutar de los beneficios de las mesas de acero inoxidable durante muchos años. ¡Tu cocina escolar estará más limpia, segura y eficiente que nunca!
La seguridad contra incendios en centros educativos no admite improvisaciones. Colegios, institutos y guarderías concentran un alto número de estudiantes, la mayoría menores de edad, cuya protección es absolutamente prioritaria. En este contexto, los tratamientos ignífugos se presentan como una estrategia indispensable para garantizar la seguridad de las personas, preservar bienes y cumplir con la normativa vigente.
Un incendio en un entorno escolar no solo amenaza vidas humanas, sino que puede provocar la pérdida de infraestructura educativa, interrumpir el aprendizaje y generar graves impactos económicos y sociales. Por ello, resulta imprescindible implementar soluciones ignífugas de calidad que reduzcan la inflamabilidad de los materiales, retrasen la propagación de las llamas y protejan los activos del centro. La prevención mediante ignifugación se ha convertido en una obligación ética y legal, que protege a toda la comunidad educativa y garantiza la continuidad de la actividad docente.
En este sentido, contar con una empresa de ignifugados especializada asegura la aplicación profesional de tratamientos certificados, que cumplen con los estándares de seguridad más exigentes y proporcionan tranquilidad a directivos, docentes y familias.
Los centros educativos están construidos con una gran variedad de materiales, muchos de ellos altamente combustibles. La aplicación de tratamientos ignífugos incrementa significativamente la resistencia al fuego de cada superficie, minimizando riesgos en caso de incendio.
Puertas, suelos, escaleras y mobiliario de madera deben recibir protección mediante barnices y pinturas ignífugas. Estas soluciones crean una barrera carbonizada frente al calor o utilizan sales penetrantes que reducen la capacidad de combustión de la fibra. La madera tratada con productos certificados garantiza mayor seguridad sin alterar su estética ni funcionalidad.
Cortinas, tapicerías, cortinajes de escenarios y alfombras son elementos críticos que pueden acelerar la propagación del fuego. Los tratamientos en aerosol permiten una aplicación rápida sobre tejidos instalados, mientras que la inmersión es adecuada para textiles antes de su uso. Estas medidas son especialmente relevantes en aulas de música, teatros escolares y bibliotecas.
Las pinturas intumescentes reaccionan al calor expandiéndose y formando una espuma aislante, recomendadas para paredes, techos, columnas y estructuras metálicas expuestas. Su aplicación proporciona una protección eficaz frente a incendios, garantizando la integridad de la estructura y retrasando la propagación de llamas.
Mesas, sillas, pizarras y estanterías también pueden ser tratados con productos retardantes, aumentando la seguridad en el aula sin comprometer la funcionalidad ni la ergonomía del espacio educativo.
La eficacia de los tratamientos ignífugos depende tanto de la certificación de los productos como de su correcta aplicación por técnicos especializados. Entre los más empleados se encuentran:
Los centros educativos deben cumplir con estrictas normativas que garantizan la seguridad. En España, el Reglamento de Seguridad Contra Incendios en los Establecimientos de Pública Concurrencia (RD 2267/2004) y el Código Técnico de la Edificación (CTE, DB-SI) establecen los requisitos mínimos para los materiales. Los productos aplicados deben alcanzar clasificaciones de reacción al fuego específicas, como B-s1, d0, y se requieren revisiones periódicas para mantener su eficacia. El incumplimiento puede acarrear sanciones y pone en riesgo a toda la comunidad escolar.
Para asegurar la máxima seguridad, se recomienda contratar servicios especializados de ignifugaciones en Barcelona, que ofrecen soluciones adaptadas a cada tipo de centro educativo, desde colegios rurales hasta grandes institutos urbanos.
Implementar tratamientos ignífugos certificados ofrece ventajas inmediatas y duraderas:
La aplicación profesional de estos tratamientos debe integrarse en este blog sobre proteccion pasiva contra incendios del centro, en combinación con sistemas de detección, alarmas y simulacros periódicos, para reforzar la seguridad integral.
El procedimiento de ignifugación realizado por empresas especializadas incluye varias etapas:
Integrar estos tratamientos en el plan de protección pasiva del centro, junto con simulacros y sistemas de detección, garantiza una seguridad integral que protege a toda la comunidad educativa.
Para garantizar un entorno seguro y conforme con la normativa, los responsables escolares deben:
Los tratamientos ignífugos en centros educativos no representan un gasto, sino una inversión imprescindible para proteger vidas, bienes y asegurar la continuidad educativa. Cada aula, pasillo y sala de actos debe estar preparada frente al riesgo de incendio, cumpliendo estrictamente con la normativa y reforzando la seguridad integral. La prevención salva vidas, y cuando hablamos de menores, la responsabilidad es máxima. Apostar por la ignifugación profesional garantiza tranquilidad a familias, docentes y directivos escolares, creando entornos educativos seguros y confiables.
Así que, la protección contra incendios mediante soluciones ignífugas no es una opción, sino una obligación ética y legal. La inversión en materiales tratados, inspecciones periódicas y certificación profesional constituye el pilar fundamental de cualquier centro educativo comprometido con la seguridad de su comunidad.
La cocina es el corazón de la casa, el lugar donde se cuecen recetas, conversaciones y recuerdos. Pero también es, con diferencia, el espacio del hogar con mayor riesgo de incendio. Un simple descuido, unas gotas de aceite recalentado, una sartén olvidada en el fuego... y de repente el humo se convierte en llama. En ese instante, lo que marca la diferencia no es la pericia culinaria, sino disponer del extintor para cocina adecuado.
Hoy, más que nunca, debemos entender que la prevención contra incendios no es un accesorio, sino un pilar básico de seguridad. No solo en hogares o restaurantes, sino también en espacios donde el fuego puede convertirse en tragedia: hablamos de los centros escolares. Allí, donde cada día conviven cientos de niños y docentes, la importancia de los equipos de protección contra incendios es incuestionable. Un extintor no es un adorno: es una garantía de respuesta inmediata frente a un riesgo que nunca avisa.
Los incendios en la cocina suelen pertenecer a la Clase F: los provocados por aceites y grasas vegetales o animales. No hablamos de un fuego cualquiera, sino de llamas extremadamente volátiles que, en segundos, pueden devorar campanas extractoras, cortinas y muebles. Para este tipo de emergencia, los extintores comunes de polvo seco no son la solución más indicada. Sí, sofocan, pero a costa de dejar tras de sí una nube corrosiva, difícil de limpiar y peligrosa para los electrodomésticos.
El extintor para cocina utiliza una fórmula especial de agua con aditivos que genera una espuma capaz de enfriar el aceite, cortar el oxígeno y, lo más importante, impedir que el fuego vuelva a encenderse. Es un recurso inmediato, eficaz y diseñado para proteger lo que más importa: la vida de quienes están alrededor.
En el ámbito educativo, contar con equipos de protección adaptados es vital. Imaginemos una cocina escolar preparando menús para cientos de alumnos: un pequeño accidente puede derivar en una emergencia mayúscula. Aquí la responsabilidad no admite atajos: la seguridad debe estar asegurada desde el minuto uno, con revisiones periódicas y formación básica al personal.
Por eso, antes de hablar de menaje, recetas o decoración, lo sensato es asegurarse de que en casa —y en las cocinas colectivas— contamos con los extintores adecuados y en perfecto estado.
Un extintor de cocina es, en esencia, un guardián discreto. No ocupa protagonismo hasta que el fuego lo reclama, pero entonces su valor es incalculable. Con él se gana tiempo, se evitan daños irreparables y, en muchas ocasiones, se salva la vida de los ocupantes. Sus ventajas son claras:
No es casual que la normativa insista en su instalación en cocinas profesionales y colectivas. La inversión en un extintor es mínima si se compara con el coste de un incendio no controlado. Y en las cocinas escolares, donde lo material es secundario frente a la seguridad de los niños, la exigencia se multiplica.
Si hablamos de precisión, no todos los dispositivos son iguales. El extintor para cocina Clase F es el que ofrece la protección real y específica contra aceites y grasas. Tener otro tipo de extintor puede dar una falsa sensación de seguridad, y cuando llega la emergencia, la diferencia entre sofocar o perderlo todo está en esa elección.
De nada sirve un extintor de última generación si está escondido detrás de una nevera o si lleva años sin revisarse. La efectividad depende de tres pilares:
En los colegios, esta rutina es aún más crítica. No basta con instalar un extintor; hay que garantizar que funciona, que el personal sabe utilizarlo y que, en caso de emergencia, la respuesta será inmediata. La seguridad infantil no admite improvisaciones ni equipos caducados.
Quien quiera profundizar en detalles, en normativa y en consejos prácticos encontrará en un blog sobre extintores la mejor fuente de consulta para resolver dudas y mantenerse actualizado.
Un extintor no es eterno. Una vez accionado, incluso aunque la descarga haya sido mínima, debe reponerse por completo. Y antes de eso, hay que actuar con cabeza:
En la limpieza posterior, sobre todo si se ha usado polvo seco, conviene extremar la precaución: residuos corrosivos pueden dañar aparatos y superficies. En cambio, con los extintores de agua con aditivos, la limpieza es mucho más sencilla, lo que refuerza su idoneidad en entornos domésticos y escolares.
En el ámbito doméstico, un extintor de 1 kg suele bastar para una cocina pequeña, mientras que en hogares amplios o con mayor número de convivientes se recomienda uno de 2 kg. Pero en cocinas colectivas, como las de comedores escolares, la exigencia es otra: dispositivos de mayor capacidad, revisiones más frecuentes y planes de evacuación claros.
Los centros educativos no pueden dejar nada al azar. Los comedores son espacios de tránsito diario de cientos de alumnos, y la responsabilidad de protegerlos recae en la dirección. Contar con los equipos adecuados, señalizar su ubicación y formar al personal en su uso son medidas mínimas, no opcionales.
En el hogar, una inspección visual mensual y una revisión anual profesional. En centros escolares, los plazos deben ser aún más estrictos.
No. Está diseñado para fuegos de Clase F. Para incendios eléctricos o de materiales sólidos, se requieren otros tipos de extintores.
Visible, accesible, cerca de la cocina pero nunca en el epicentro del calor. Siempre señalizado y sin obstáculos que dificulten su acceso.
En tiendas especializadas, ferreterías o distribuidores online de seguridad contra incendios. Lo esencial es que cumpla la normativa vigente.
Un extintor para cocina no es un objeto decorativo ni un gasto innecesario. Es la frontera entre un susto y una tragedia. En el hogar, ofrece tranquilidad; en centros escolares, garantiza que cientos de niños estén protegidos; en restaurantes, protege el negocio. Instalarlo, mantenerlo y saber utilizarlo es un acto de responsabilidad con uno mismo y con los demás.
La cocina seguirá siendo el rincón de la creatividad, del sabor y de los recuerdos compartidos. Pero con un extintor al alcance de la mano, lo será también de la seguridad. Porque ante el fuego, lo único que debe arder son las ganas de seguir cocinando.